sábado, 17 de diciembre de 2011

Noches etílicas

Son cerca de las 06.00 horas. ¡No! ¡Ni se os ocurra pensar que he madrugado! Más bien aún no me he acostado. Teniendo en cuenta que mi nivel etílico en estos momentos es considerable, he decidido reflexionar antes de acomodarme en mi dulce lecho. ¡Vamos! ¡Cosas raras que una hace cuando va borracha!

Podríamos sacar varias conclusiones de las típicas cenas de empresa que se llevan a cabo por estas fechas con motivo de la cercanía de la Navidad:

- Primero sueles pensar "Bufff, qué pereza, casi que paso de ir". Luego siempre alguien te convence, vas y piensas " Menos mal que he venido, lo cierto es que me estoy diviertiendo". Finalmente llegas a casa, con un pedo del 15, los pies doloridos y piensas "Joder, no tenía que haber ido, mañana mi embriaguez se irá a la mierda y será el turno de la resaca y las agujetas".

- Las cenas suelen empezar con un picoteo previo, entonces te paras a pensar y te dices a ti misma "Quieta Amni, deja de comer que luego hay marisco de primer plato, carne de segurno y un buen postre, no vas a poder con todo". Pero después cuando te das cuenta de que no se trata de comida en platos, sino de platos con algo de comida y te quedas con más hambre que Kiko Hernández sin merienda, au´tomáticamente te cagas en todo y te arrepientes de no haber picoteado más.

- Y como hay poca comida y encima somos tantos que tardan mucho en servirla ,pues empezamos a darle al vino. Que si una copita de blanco, que si otra de tinto... Total, que empiezas a mantener conversaciones trascendentales con el que te toca al lado o en frente, y que probablemente pueda ser alguien que no sueles ver a diario porque estáis en diferentes departamentos.

- Que tengas a tu jefa -guapa pero hetero- por la que sientes una atracción prohibida pero irremediable toda la noche pendiente de ti -pero pendiente en el buen sentido-, que sea especialmente cariñosa contigo, que durante la cena esté súper pegada a ti y provoque cierto ligero contacto corporal que eriza el bello de mi piel.

- Que llegue la hora de la barra libre y la cutre orquesta y que toquen unos cuantos pasodobles y alguna que otra canción típica del verano y estés apunto de estallar en ira, quitarles el micrófono y marcarte a capela una buena canción de rock.

- Que la gente termine cansándose de la orquesta de Fermín y su cabra y nos traslademos a una disco glamourosa, donde la música es peor aún "punchin-punchin", donde los cubatas te cuestan 6 euros pero te los dan en vasos de plástico y donde el pijerío y el agobio abunda.

- Que los compañeros que superan el umbral de los 50 años no tengan verguenza alguna y se suban al podium de la discoteca a lucir sus cuerpos serranos al ritmo de su propia esencia arrítmica.

- Que compartas -tú sola- dos rondas de chupitos con tu jefa ajenas al resto, que brindemos mirándonos a los ojos, y no sé porqué me hagas sentir que tú también me ves de manera al menos especial -creedme, algo así ya me pasó una vez y estaba en lo cierto-´, que avance entre la multitud abriendo camino y me coja de la mano para que no me pierda, que me hable al oído a distancias muy cortas, que me invite a bailar con ella...

- Que te estés orinando, vayas al baño y tengas que hacer una cola del carajo llena de pijas y de chonis que no comentan  mas que gilipolleces y sólo les preocupa su maquillaje y sus escotes (aunque se jodan de frío).

- Que tu cuerpo diga basta pero como sabías que ibas a beber no has cogido el coche y entonces te toque esperar a que alguien que sí lo haya cogido decida marcharse, acoplarte y que te haga el maravilloso favor de acercarte a casa.

- Que me quede con ganas de haberte soltado un beso en tó los morros - por mucho que seas hetero y mi jefa-

- Que ahora aquí una se tire todo el finde pensando en ella.

- Que el lunes todos volvamos a vernos dentro de nuestro entorno rutinario, y que seguramente los que más hayan hablado durante toda la noche de hoy sean los que más callados estén a la vuelta, entre otras cosas porque tendrán algunas pequeñas o grandes lagunas mentales.

En fin... El año que viene más, no sé dónde, ni cómo, ni con quiénes, pero quiero más...









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1 comentario:

  1. Yo es que cuando se dan casos como estos, que no sabes si a la tía le sentaría bien que le comieses toda la boca pero que parece que lo lleva pidiendo todo el rato... Me matan, de verdad. Y por prudente que es una, te guardas las ganas, pero ya no puedes volver a mirarla de la misma forma que antes... Putas heteros... xD

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