miércoles, 26 de junio de 2013

Domingo de miedo y mierda

El domingo, alguien a quien conozco personalmente, que tiene que ver con este mundo del blog , con quien mantengo un contacto diario, pero que no es de mi ciudad, decidió (sin previo aviso) venir a la playa de mi pueblo.

Sé perfectamente que su intención era buena, quizá darme una pequeña sorpresilla y aprovechar para sacarme un poco de casa bien fuese para comer o bien para tomar un café.

Sin embargo, yo que últimamente ando emocionalmente tocada, recibí esa sorpresa como un "imprevisto" que me produjo agobio, que me puso ansiosa, que me bloqueó y que me sacó de mi zona de confort.

No quedé con ella. Y bien sabe "Dios" o quien sea que no lo hice no porque no quise, sino porque no pude. Y cuando digo que no pude, digo PUDE (con mayúsculas), y es que ahora a pesar de estar un poco mejor, todo lo que rompa así de golpe mi rutina me produce un descontrol sobre mí misma.

Así que una vez más, con mi malestar, mi tristeza, mi rabia, mi impotencia y con un lloro intoxicado me refugié en casa de mis padres, analizando mi situación, reflexionando sobre mis miedos e intentando buscar remedios.

A la persona en cuestión le pedí disculpas, pero soy consciente de su desilusión (así me lo hizo saber en su momento), y aunque creo que ha "asumido" lo ocurrido, creo que es incapaz de comprenderlo, puesto que siempre he pensado que ésto no lo entiende más que quien lo sufre en sus propias carnes.

Sufro de TAG (transtorno de ansiedad generalizada) junto con ocasiones episodios de agorafobia. Creo que son much@s los que ignoran esta mierda, así que quien quiera más información para hacerle una idea puede hacerlo aquí.

En cualquier caso una no se rinde. Recordando lo que siempre vienen diciendo los terapeutas y demás, lo que se debe hacer en estos casos es lo que se denomina "terapia de choque", que no es más que enfrentarse a esas cosas que nos pillan de repente y/o aquellas que nos dan pánico.

Así que ayer lunes, aprovechando que mi amor platónico había venido a pasar unos días, organizaron una cena en casa de otro amigo. Por supuesto yo estaba invitada. Estuve todo el día ansiosa, dándole al coco, lo más cómodo es no ir, huir, pero lo más lógico es afrontar las cosas, y oye, unos días lo pasarás mejor y otras peor pero tienes que intentarlo.

Así que al final fui. Y pese a mi sensibilidad a las luces, a los ruidos, a las voces, a mi a veces sensación de inestabilidad, de falta de equilibrio, etc, me autorelajé y la verdad es que estuve muy a gusto. Así que en ese sentido estoy contenta. Pero lo cierto es que cada día es una prueba...

En fin. Volver a disculparme desde este mi riconcito con esa persona.

Y para añadir un tono "picantón" a esta "mierda" de post os diré que lo mejor de anoche fue ver el colgante de ojo de tigre que regalé a mi amor platónico bien resguardado entre sus pechos... 

¡Feliz semana!


martes, 18 de junio de 2013

De conciertos míticos



Mi primer concierto fue un fraude. Mecano venía a mi pueblo, y mis padres con ánimo de "complacerme" me llevaron a la puerta del estadio donde actuaban, y ahí estuvimos, oyendo la voz de Ana Torroja de fondo, como el hambriento que ve a los demás comer... Eso sí, tuvieron el "detalle" de comprarme una camiseta a la que por supuesto saqué partido durante todo el verano.

Otro concierto mítico fue el de Alejandro Sanz. Fui con un buen amigo, un amigo de éstos de toda la vida (nos conocemos desde los cuatro años). Él gay. Yo lesbiana. Ambos sin saberlo. El caso es que entre tantísima gente, estábamos más apretados que una lata de sardinas (a todo esto, por cierto con pérdida de aceite incluida, jajaja), y él (muy caballeroso como casi todo gay), me dejó ponerme delante y él justo detrás de mí. Y bueno, bailando y bailando, sin darnos cuenta pues... ¡Oye! ¡Que estábamos rozándonos! Yo no me dí cuenta de la "gravedad" del asunto hasta que empecé a notar que su polla se ponía dura, cada vez más dura tras de mí. Al principio me sentí incómoda (imagino que él también), pero al final ambos hicimos caso omiso al "error técnico" y disfrutamos del espectáculo. Total, aunque hubiésemos querido tampoco hubiésemos podido separarnos...

También me acuerdo de cuando Revólver actuó en mi pueblo por fiestas. Antes del concierto hicimos cenita y botellón en la playa con un grupo de amig@s entre los cuales se encontraba un chico con el que me enrrollaba de vez en cuando. Con tan mala suerte que... ¡Ring! Sms de una chica con la que a la vez también me enrrollaba de vez en cuando y de la capi, diciéndome que estaba en mi pueblo para ver en concierto. Así que imaginaos el percal, me tiré toda la noche de idas y venidas, de uno a otra y de otra a uno y por supuesto con una borrachera considerable.

El de Mónica Naranjo fue el del primer beso y comienzo de relación con mi ex (Peace), a la que por cierto, dejé con un calentón de campeonato aquella noche ya que ella quería llegar a "mayores" y yo no. ¡A buenas horas iba de santa! Jajajaja.

Después vino Fangoria. No había excesiva gente en el recinto, así que estuvimos en primera fila. Pero claro, eso implicó que al día siguiente saliésemos en todos los periódicos, jajaja. Y también fue la noche en que conocí a los mejores amigos de Peace.

El concierto de los Despistaos fue vergonzoso. Y no por ellos, sino por una amiga. Resulta que de vez en cuando (en sus inicios) ella se enrrollaba con el cantante (Dani), y claro, una vez terminada la actuación mi amiga no dejaba de llamarlo al móvil (grrrr, apagado). Al final dió con él, y entramos al backstage (por cierto, tenían de todo y obviamente nos echamos unos cubatas), pero ver a mi amiga como un perrito faldero y al cantante pasar de ella me resultó realmente bochornoso...

Después vino Mago de Oz. Aquella noche yo llevaba el coche, me tomé un quinto con el bocata, allá a las diez de la noche. Pues bien, al salir, a eso de las tres de la mañana lo menos... ¡Control de alcoholemia!  Yo sabía perfectamente que era imposible que diese positivo, pero no pude evitar empezar a temblar de tal manera que la pierna del embrague parecía un vibrador al nivel máximo, jajaja. ¡Lo que es la mente!

Amaral fue toda una sorpresa. Mi ex me llevó totalmente engañada al teatro principal. Me quedé patidifusa. Creo que jamás había estado en un concierto cerrado tan íntimo. No fue un concierto de saltar, de bailar. Fue un concierto de sentidos, de más sombras que luces y de feedback...

¡Y cómo no hablar del concierto de Madonna en Zaragoza! En el viaje en el tren, se sube un cura: lesbianas en frente (mi ex y yo) y gays a su izquierda. ¡Rodeado! Luego se supone que ponían autobuses desde la ciudad al recinto ferial, pero fue tan mala la organización que encima de hacer cola durante al menos dos horas llegamos tarde. Y para colmo, a la vuelta, caminando hacia el hotel nos perdimos y dimos más vueltas que dos tontas y media.

Creo que tengo muchas más anécdotas, pero creo que éstas ya son más que suficientes.

¡Feliz semana!













lunes, 10 de junio de 2013

Cuatro polvos son complejos de valorar....



Estaba yo pensando estos días, (por aquello de por supuesto no olvidar pero sí desconectar en cierta manera de mi jodidísima situación actual) en que el año pasado por estas fechas ya había empezado a tener contacto con Erizo, la chica que conocí cara a cara en el mes de agosto y con la que viví un amor de verano (o más bien un error de verano), que duró mes y pico, o bueno... más bien cinco o seis fines de semana ya que limitábamos nuestros encuentros a esos dos "mágicos" días.

Pues bien, pensando en frío no hago más que llegar a una única conclusión: ¿qué narices hacía yo viéndome con un personaje de tal índole?

¿Era una chica 10? En absoluto. ¿Estabas enamorada de ella? Para nada, además no dio tiempo. ¿Podrías haberte enamorado de ella? Lo dudo enormemente. ¿Era buena en la cama? Cuatro polvos son complejos de valorar. ¿Te abrió su corazón de par en par? Sólo la parte que le convino. ¿Era caprichosa? A más no poder. 

Ahora me doy cuenta de que nuestras citas eran auténticos rituales: era ella siempre la que venía a mi ciudad (jamás me invitó a la suya), yo la recogía en la estación con el coche, íbamos a alguna terracita a tomar unas cañas, después cenábamos siempre en restaurantes muy sibaritas (con lo cual me dejé un pastizal y además justo estando recién parada), luego caía alguna copilla y a la cama...

Así cada fin de semana...

Y continuando con la reflexión, aquí expongo tres cosas que me ponían negra:

-Siempre que íbamos a cenar, pedíamos una botella de vino tinto. Las primeras copas eran servidas por el o la camarera, pero cuando éstas se acababan, la morrocotuda de Erizo, cogía la botella. se echaba en su copa tan ricamente y pasaba de tener el detalle de mirar si a mí me hacía falta, ella sencillamente volvía a dejar la botella sobre la mesa y además a su lado, bien a su lado... ¡Muy bonito sí señor!

-Ya fuese comida para compartir o platos individuales, ella al segundo bocado empezaba a decir: "uff, ya estoy llena, pufff, estoy hicnhada, ufff, no puedo más"... (pero ella seguía comiendo y comiendo). Y la verdad es que a mí me hacía sentir mal, porque... ¡coño!, yo no me lleno al segundo bocado, o si lo hago no paso el parte cada segundo y dejo comer tranquila a la otra persona... Total, que terminaba malcenando con ella.

-Cenando frente a frente, ella que era una "conversadora intelectual" (entiéndase la ironía), comentaba:

-E: Amni, ¿tienes calor?
-A: Pues sí, un poco...

(Silencio de tres segundos)

-E: Es que estás muy roja.
-A: Sí, ya me imagino...

(Silencio de tres segundos)

-E: Estás sudando.
-A: Lo sé... ya me doy cuenta... (¡Joder! ¡Estamos en pleno agosto!)

(Silencio de tres segundos)

-E: ¿No llevas el abanico? Sácalo y date un poco de aire.
-A: Ya voy... (¡Qué pesada es joder!)

Y así cena tras cena. Sin exageraciones, de hecho me guardo algunas cosas para mí.

Así que ahora mismo, casi un año después de ésto, me doy cuenta de lo a gusto que se está sola. En cualquier caso no voy a negar que a veces se extraña la compañía de alguien que realmente merezca la pena, pero en general estoy bien como estoy.

Sin embargo, tampoco os voy a ocultar que precisamente hace unos días, sentí un pálpito con alguien, una especie de intuición, de energía positiva, de curiosidad... Pero bueno, no quiero darle mayor importancia. Ahora mi prioridad soy yo. Yo y por supuestísimo mis personas más cercanas. 

¡Buen comienzo de semana a tod@!






miércoles, 5 de junio de 2013

25 días de abismo psico-emocional



Siento la ausencia, y a su vez espero que éste sea un regreso duradero y no algo puntual. Aunque lo cierto es que no sólo depende de mí. A veces las cosas vienen como vienen. Y la verdad es que esta vez han venido de tal manera que realmente no sé cómo cogerlas.

Mi salud (sin previo aviso) pegó un bajón que me llevó casi al más hondo abismo. Y no hablamos de algo físico, sino más concretamente de la psique, que es una hija de puta hablando mal y pronto. 

Señoras y señores: 25 dias con sus horas, sus minutos y sus segundos he tenido que pasar en casa de mis progenitores. He tenido que acudir al médico de cabecera en un par de ocasiones, pasé la tarde de un maravilloso sábado en el hospital, en urgencias, y he tenido que recibir terapia.

Hoy he vuelto a casa. No estoy 100% recuperada, pero pese a estar bien cuidada allí, aquellos que hemos probado la independencia no tardamos en echarla en falta. 

Además, precisamente, mi malestar se ha visto enredado con un episodio familiar que cada vez va siendo más complejo y doloroso. Y pese a tener sentimientos contradictorios en el sentido de querer muchísimo a esa persona en un momento dado y en otras ocasiones no poder evitar sentir rechazo hacia ella, creo que he estado a la altura de las circustancias. 

Siento que me hago más fuerte. O al menos creo que eso intento.

Sí, intento crecer.

Porque creo que los roles van a cambiar: ella dejará de ir cuidando de mí para yo encargarme de cuidar de ella.

Es ley de vida y tengo que estar preparada sí o sí.

Por cierto, en estos días me he dado cuenta de quiénes están a mi lado y quiénes no. Ya veís, no hay mal que por bien no venga...