martes, 30 de abril de 2013

Batalla

Y tras un paso más en mi reto personal, paradójicamente...




Voy a ganar esta batalla PERDIENDO.

martes, 16 de abril de 2013

Los pelos como escarpias

Creo que más de una vez he reconocido por aquí que me considero una chica nocturna. De hecho, algunas personas se refieren a mí como "chica búho".

El caso es que es cierto, ayer me acosté tarde una vez más. Me metí en mi cama con ganas y dispuesta a soñar con muchas pero que muchas angelitas. Sin embargo no era calma lo que precisamente me esperaba...

A las 4 de la mañana pasadas, mi móvil sonó. Era un WhatssApp del grupo que tengo con mi "amor platónico" y otros amigos. En él nos decía: "¿estáis despiertos?".

Ante tal mensaje, y teniendo en cuenta que mi "amor platónico" se encuentra en estos instantes en Ecuador, ejerciendo su labor como agente de igualdad, y dando talleres a mujeres rurales, y sabiendo que es consciente de la diferencia horaria que nos separa... Obviamente supe que algo pasaba.

Enseguida contesté y me contó.

Yo ya sabía que no estaba ni contenta con el trabajo, ni contenta con la gente. Se sentía muy sola y nadie le hacía caso. Así que si quería salir a comprar, a dar un paseo o lo que fuese siempre iba sola. Hay que destacar que no está en un lugar perdido de Ecuador, sino en la capital, en Quito lo cual puede dar algo más de confianza.

El caso es que ayer domingo, decidió acudir a un museo. Cuando estaba allí un chico con buena presencia, se acercó a ella y entablaron una conversación. Le comentó que era arquitecto y le estuvo dando mil y una explicaciones sobre el museo y demás.

A final, decidieron tomar algo en la cafetería del propio museo. Mi amiga, que pidió un chocolate, de repente empezó a sentirse mareada, y como es muy inteligente (porque lo es), enseguida se dio cuenta de lo que sucedía. ¡¡¡¡El muy hijo de puta había aprovechado un descuido por parte de ella para echarle droga en el chocolate!!!!!!!

Como pudo, consiguió huir, se subió a un taxi y fue directa al hospital. Allí estuvo horas, y efectivamente, le confirmaron que había sido drogada con una sustancia llamada escopolamina. 

No sé qué intenciones tendría el cabrón ese, supongo que robarla y/o secuestrarla y/o violarla. Por suerte ella consiguió escapar a tiempo y todo ha quedado en un gran susto, pero sólo en eso al fin y al cabo. La verdad es que no hay que fiarse ni de tu propia sombra, porque luego mirad lo que pasa.

Yo aún tengo el vello como escarpias y el corazón en un hilo, puesto que pese a que ya ha pasado todo, ahora está con tema de denuncia y demás, y sola, absolutamente sola. Y eso me duele. Y quiero que se vuelva contra antes. 

Si le hubiese llegado a pasar algo yo me hubiese hundido porque... ¡La quiero muchísimo y es importantísima en mi vida!

Por favor. Tened todos mucho cuidado, porque al fin y al cabo mi "amor platónico" pudo darse cuenta ya que lo que estaba tomando era chocolate, pero por las noches, cuando salimos y bebemos es mucho más difícil de percibir.







viernes, 12 de abril de 2013

Tulipán amarillo



Lo cierto es que hay gente por ahí que con tres frases te dice algo realmente interesante y que te hace reflexionar de una manera enorme.

Creo que ya comenté que a mi cuñada le regalaron un ramo de tulipanes amarillos por su boda. Antes de salir hacia los juzgados, cogió un sólo tulipán que llevó durante toda la "ceremonia". Una vez casada, me lo regaló a mí, cosa que en el momento y ahora aún al pensarlo me hizo y me sigue haciendo muchísima ilusión.

Hoy mi nueva amiga "Nueve", al ver la imagen del tulipán que tengo como foto de perfil en el WhatsApp me ha dicho lo siguiente:

"Tu foto es de un tulipán amarillo. Los capullos están por abrir y eso simboliza el futuro. Lo digo porque tengo un monográfico que doy en una asignatura que es Ikebana"...

Y ahora pienso...

¡Jolín! Y... ¿Qué me deparará el futuro? ¿Es una señal de amor próximo?

No habrá que hacerse demasiadas ilusiones, pero soñar es gratis...


lunes, 8 de abril de 2013

Ζωή

Queda mucho para alcanzar mi reto, pero en fin, después de más de dos años y medio empiezo a observar que doy pasitos hacia delante. Y como no quiero pararme, pienso y pienso y pienso y... no sé cuándo llegaré a la meta, lo único que sé es que lo lograré. Y cuando llegue el momento pienso hacer las siguientes cosas:

- Hacer una celebración por todo lo alto (creedme, la ocasión lo requiere).
- Renovar toda mi ropa e incluso hacerme un cierto cambio de look.
- Hacerme un tatuaje en alguna zona del cuerpo con la palabra "vida" en griego (Ζωή).
- Ir de viaje (si no a Grecia a París).
- Dejar de fumar.
- Plantearme el hecho de ser madre independientemente de tener pareja o no.

Pero mientras tanto, toca seguir trabajando... Trabajando duro.

¡Feliz comienzo de semana a todos!

martes, 2 de abril de 2013

Perdiste la virginidad conmigo y te convertí en pecadora




Esta Semana Santa, una atea como yo  (aunque siempre respetando la religión católica y sus costumbres), con tanta procesión, con tantas películas basadas en historias acerca de su historia y con tantísimos nombres de vírgenes de por medio, he reflexionado mucho.

Pero una, que está un poco más “pa allá” que “pa acá”, paseó sus pensamientos por rincones que poco tienen que ver con el párrafo anterior, (salvo la connotación de pecado que a ese aspecto se refiere).

El caso es que terminé pensando en mi primera vez con “lover” (mi ex) y su consecuente pérdida de virginidad…

Llevábamos un tiempo hablando vía Internet y sms. Un sábado decidimos quedar en mi pueblo para conocernos. Reconozco que no estaba nerviosa en absoluto. Ella sí. Quedamos en un lugar público del pueblo, ella llegó con su coche, yo la esperaba con el mío. Como primer contacto dos besos y un “¿qué tal?”. Dejamos su coche bien aparcado en lugar seguro y nos movimos con el mío. La invité a cenar en un restaurante (por cierto poco acertado), paseamos por el paseo marítimo, tomamos una copa y decidimos poner fin a la cita. ¡Pero claro! Para eso tuve que acercarla de nuevo en mi coche a por el suyo. Aparqué justo detrás de él, y lo que esperaba ser una despedida rápida, terminó siendo un rato de cuatro horas de madrugada sentadas en el interior de mi coche, con Kiss Fm de fondo (aún no entiendo cómo la batería de mi coche aguantó), y charlando. Al final y casi ya amanecido nos despedimos (con otros dos besos). La verdad es que mi sensación era rara. No había estado bien, pero tampoco había estado mal. No sé, era como un “ni fú ni fá”.

Durante el resto de días, siguió el contacto vía sms, ahora un tanto más “picantotes” por su parte, y bueno, al final me convenció para quedar el viernes siguiente.

Acudí en cercanías a su pueblo. Allí estaba ella esperándome. Acudimos a un italiano a por una pizza. Me metió en su casa, cenamos, charlamos, escuchamos a la gran Madonna de fondo, y después… ¡Sorpresa! Me llevó a un concierto de Mónica Naranjo. Durante la actuación, me ponía caritas y me empezó a hacer gracia. Sí, fue ahí cuando se empezó a despertar algo dentro de mí. Tras el concierto (y sabiendo que ella tenía que “devolverme” a mi pueblo en su coche (estábamos la una de la otra a unos 20 minutos de distancia) ya que no habían trenes), teníamos dos opciones: llevarme ya a casa, o antes subir un rato a la suya. Optamos por la segunda de ellas. Así que así lo hicimos. Lo que no sabía es que me esperaba una “encerrona”. Imaginaos la situación: yo sentada en el sofá, ella en un sillón frente a mí, cerca pero lejos, en silencio, retándome con su mirada y su sonrisa. Yo (que no soy de hierro), sentí que era el momento de besarla. Me levanté y suavemente junté sus labios con los míos provocando el beso más tierno del mundo. Mientras separaba mi cara de la suya y mis labios de sus labios, ella se avalanzó sobre mí tirándome en el sofá y devolviéndome un beso mucho más pasional, en el que a la ternura se le juntó el máximo deseo. Presa de ella, intentó acariciarme pero yo paré aquello. Nos separamos y nos quedamos cada una en una parte del sofá. Yo sólo pude decir: “lo siento, no puedo”. Y ella no podía parar de repetir: “no puede ser, no me hagas esto”…

El caso es que yo que por aquél entonces vivía con mis padres, así que SÍ o SÍ tenía que llegar a casa. Cerca de las 7 de la mañana, me acercaba de su pueblo a mi pueblo. La pobre con un calentón del 15 y con 3 horas por delante para intentar dormir ya que al día siguiente, a pesar de ser sábado le tocaba trabajar en el periódico. 

Cuando me metí en mi cama supe lo que me pasaba. Yo, con mis 28 años, tenía miedo de hacer daño a una chica de 33. Y lo tenía porque ella jamás había estado con una chica, porque había tenido mil y una dudas sobre su orientación sexual, porque precisamente eso se lo había hecho pasar fatal. Me gustaba, me gustaba cada vez más sí. Pero tenía miedo, mucho miedo. Aquella noche/mañana apenas dormí.

Pero finalmente decidí dejar ese miedo fuera. Ella quería estar conmigo y yo quería estar con ella. No había más. Así que al día siguiente,  el sábado por la tarde, preparé mi mochila con un poco de ropa y me fui a su casa decidida a pasar el fin de semana.

Y fue la mejor elección que pude hacer. Porque aquél sábado, además de besarnos de múltiples formas, de acariciar cada uno de nuestros recovecos, hicimos el amor, y no una, sino varias veces. Y gozamos como nunca. Los gemidos marcaban el compás de nuestros cuerpos unidos, y los suspiros eran la brisa del placer mútuo. Y ahí fue cuando dejó de ser virgen y se convirtió en pecadora, incluso creo que yo a pesar de haber mantenido relaciones anteriormente con otras chicas, ese día yo también perdí mi virginidad, porque con las otras como mucho lo hice por cariño, pero aquél día, aquél día lo hice con amor de verdad.

Jamás olvidaré su cara de gozo, de enamorada, de feliz, de LIBERTAD. Y tampoco aquél sms masivo que envió a sus amigas diciéndoles: "definitivamente soy lesbiana".  

Como veis no fue fácil, pero mereció la pena por ambas partes. De ahí nació una relación sanísima de casi dos años donde todo iba fenomenal (inclusive el sexo), que jamás decayó.

Espero que vuestra Semana Santa haya sido algo más realista que la mía, que al parecer como el viernes comí carne El Señor decidió castigarme quitándome por unos días lo poco que tenía de cordura :p

¡Feliz semana!