El domingo, alguien a quien conozco personalmente, que tiene que ver con este mundo del blog , con quien mantengo un contacto diario, pero que no es de mi ciudad, decidió (sin previo aviso) venir a la playa de mi pueblo.
Sé perfectamente que su intención era buena, quizá darme una pequeña sorpresilla y aprovechar para sacarme un poco de casa bien fuese para comer o bien para tomar un café.
Sin embargo, yo que últimamente ando emocionalmente tocada, recibí esa sorpresa como un "imprevisto" que me produjo agobio, que me puso ansiosa, que me bloqueó y que me sacó de mi zona de confort.
No quedé con ella. Y bien sabe "Dios" o quien sea que no lo hice no porque no quise, sino porque no pude. Y cuando digo que no pude, digo PUDE (con mayúsculas), y es que ahora a pesar de estar un poco mejor, todo lo que rompa así de golpe mi rutina me produce un descontrol sobre mí misma.
Así que una vez más, con mi malestar, mi tristeza, mi rabia, mi impotencia y con un lloro intoxicado me refugié en casa de mis padres, analizando mi situación, reflexionando sobre mis miedos e intentando buscar remedios.
A la persona en cuestión le pedí disculpas, pero soy consciente de su desilusión (así me lo hizo saber en su momento), y aunque creo que ha "asumido" lo ocurrido, creo que es incapaz de comprenderlo, puesto que siempre he pensado que ésto no lo entiende más que quien lo sufre en sus propias carnes.
Sufro de TAG (transtorno de ansiedad generalizada) junto con ocasiones episodios de agorafobia. Creo que son much@s los que ignoran esta mierda, así que quien quiera más información para hacerle una idea puede hacerlo aquí.
En cualquier caso una no se rinde. Recordando lo que siempre vienen diciendo los terapeutas y demás, lo que se debe hacer en estos casos es lo que se denomina "terapia de choque", que no es más que enfrentarse a esas cosas que nos pillan de repente y/o aquellas que nos dan pánico.
Así que ayer lunes, aprovechando que mi amor platónico había venido a pasar unos días, organizaron una cena en casa de otro amigo. Por supuesto yo estaba invitada. Estuve todo el día ansiosa, dándole al coco, lo más cómodo es no ir, huir, pero lo más lógico es afrontar las cosas, y oye, unos días lo pasarás mejor y otras peor pero tienes que intentarlo.
Así que al final fui. Y pese a mi sensibilidad a las luces, a los ruidos, a las voces, a mi a veces sensación de inestabilidad, de falta de equilibrio, etc, me autorelajé y la verdad es que estuve muy a gusto. Así que en ese sentido estoy contenta. Pero lo cierto es que cada día es una prueba...
En fin. Volver a disculparme desde este mi riconcito con esa persona.
Y para añadir un tono "picantón" a esta "mierda" de post os diré que lo mejor de anoche fue ver el colgante de ojo de tigre que regalé a mi amor platónico bien resguardado entre sus pechos...
¡Feliz semana!