martes, 14 de mayo de 2013

La prisión de mis sentidos

Están siendo días
de claridad y oscuridad,
de luces y sombras.
De olor a ropa recién lavada
y de prendas mugrosas que huelen a pura mierda.
De tacto suave
y de calambres al contacto.
De sabores dulces
y dejadez de boca amarga.
De melodías con ritmo
y sonidos que no dejan de ser ruidos.

Mis sentidos,
cumplen una condena impuesta
por la experiencia de la vida
y por lo que aún me queda por vivir.

Pero en el fondo,
el miedo no es más que un simple mentiroso.
Así que ando atenta
con la intención de pillarlo en uno de sus engaños
y que al menos,
gane la libertad condicional para mis sentidos.

miércoles, 8 de mayo de 2013

ArteTerapia, fiesta sorpresa y the mother's day



El viernes por la noche estaba ansiosa. Ansiosa de que llegase el día siguiente, de que todo saliese bien, de poder aguantar el ritmo, de estar a la altura de las circunstancias.

Me levanté temprano. Me di una ducha rápida aunque relajante que me sentó súper bien ya que apenas pude conciliar el sueño por la noche. Desayuné. Me arreglé. Cogí ciertos bártulos y bajé a mi portal.

Allí me recogió la hermana de mi amor platónico. Fuimos directamente al local donde íbamos a dar la sorpresa situado en un pueblecito muy cercano. Allí nos pusimos manos a la obra. Globos, pancartas, ramo de papel, música, etc, ect, ect. Poco a poco fue llegando el resto de gente. Empezaron a cruzarse llamadas, que si la madre de mi amor platónico llamaba a la hermana, que si la tía llamaba a mi amor platónico, que si el novio de mi amor platónico llamaba a la tía... Así que en un momento dado pensé: esta se huele algo sí o sí.

Como ella venía a pasar unos días (de hecho regresó a la capital condal ayer mismo), para "desilusionarla" un poco, yo le había dicho que ya nos veríamos lunes o martes, que el finde estaría fuera haciendo un taller de ArteTerapia. Pues bien, cuando estábamos preparando todo recibo un whatssapp de mi amor platónico: "¿Cómo va la ArteTerapia? Espero que bien". Yo pensando tras ese mensaje aún más que algo se olía guardé la compostura y le contesté: "Genial. Mejor de lo que esperaba. Ahora hemos hecho una pausa para comer"....

Y fue justo después de ese mensaje cuando mi móvil empezó a echar fuego al recibir más de su novio: "vamos a salir para allá", "estamos entrando en el pueblo", "estamos buscando aparcamiento", "que vamos".

Esos momentos fueron de un nerviosismo total, unos de un lado a otro ultimando cosas y rápidamente todos a escondernos en el baño. Allí permanecimos al menos durante 10 minutos (no sé qué narices hacían, jeje), pero cuando ya los escuchamos, contamos tres y... ¡SORPRESAAAAA!!!!

La cara de mi amor platónico era todo un poema, de esos sin rima, sin métrica. Y al verme a mí me dijo: "¡Cabrona! ¿Tú no estabas en un taller de ArteTerapia?", a lo que respondí: "¿Te parece poca ArteTerapia todo este tinglao que te hemos montado?" (señalando pancartas y demás adornos).

Rápidamente nos fundimos en uno de nuestros abrazos. De esos cálidos, de esos a los que ya tenemos tomada la medida justa, de esos cómplices. Fue una emoción sentirla de nuevo tan cerca, sana y salva pese a lo que le había ocurrido por tierras ecuatorianas.

¡No sospechaba absolutamente nada! ¡Toma ya! 

Y tras la bienvenida comenzó la fiesta. Cervecita, sangría, vinito, patatitas bravas, calamares y una paella exquisita (foto arriba). Música. Risas. Anécdotas...

Cuando nos cansamos de estar allí, con cierto nivel de alcohol ya en el cuerpo decidimos trasladarnos a la terracita de la hermana de mi amor platónico. Pero antes nos pasamos por Consum para comprar los ingredientes necesarios y hacer mojitos. Y allí continuamos la fiesta hasta el anochecer. 

Llegué a casa como si un camión hubiese pasado por encima mía. Pero me estimuló el hecho de que mi amor platónico me mandó un mensaje en plan que si soy la mejor amiga que se puede tener, que si se ha llevado un sorpresón, que si me quiere mucho.... Así que terminé agotada pero satisfecha. La verdad es que lo pasamos muy bien. Y ella se merecía desconectar y sentirse arropada.

Al día siguiente(domingo), vuelta a lo mismo, levántate, dúchate, desayuna, arréglate y vete a felicitar y a pasar el día con la mujer de tu vida: mi madre.

Lo cierto es que no estaba 100% descansada del día anterior, pero mi madre se merecía también que yo estuviese entregada en cuerpo y alma. Paseamos por el club naútico, disfrutando de ese olor a mar, de esa brisa primaveral, del sol y después terminamos comiendo en el restaurante de allí. Tuvimos la suerte de que mi sobrina estaba muy animada y nos hizo todo el repertorio de cosas que ya va aprendiendo a hacer. Te descojonas con ella. Por ejemplo, ve un tenedor y lo coge e intenta atusarse el pelo creyendo que se trata de un peine, a la hora de limpiarse la boca, en lugar de mover la servilleta, ella deja quieta la misma y lo que hace es mover la cabeza de manera rápida y constante restregando el morro. Jajajaja. En fin. Una pasada. 

Lo que más le gusta a mi madre en esta vida son la ropa, los zapatos, los bolsos y los complementos, es una coqueta (que no croqueta) nata. Así que esta vez le tocó de regalitos ropa, y oye, que además de gustarle dimos con su talla. Todo perfecto. Mejor imposible.

Así que así fue el finde. Un buen finde. Y ahora a mitad de semana ya vamos concretando cosillas para el que viene :p














viernes, 3 de mayo de 2013

Llega un finde movidito

Pues sí.

Así es. Se presenta un finde movidito.

Lo cierto es que he pasado unos días malos (como el tiempo) debido a los efectos secundarios de un cambio de medicación fuerte. Aún no me siento del todo habituada a ella, pero este fin de semana estoy dispuesta a darlo todo. Cambiaré mis despertares "remolones" y sin ajustes de hora concretos por la alarma de un despertador. Dejaré la ropa de "estar por casa" por la urbana. Permitiré que mi sofá descanse de mí, y  que mi tele y sus pelis de sobremesa no tengan a su fiel espectadora. Me sacudiré de los restos del invierno que aún conserva mi manta respirando este ambiente primaveral que nos invade. Seré libre de una soledad impuesta en cierta manera y me embriagaré de compañía elegida por unas cuantas horas.

Y es que tengo dos citas importantes:

- Sábado: comida-sorpresa para dar la bienvenida a mi amor platónico, que gracias a Dios, a la suerte o a quien sea, después de todo lo sucedido podremos abrazarla y celebrar su regreso.

- Domingo: comida familiar. Día de la madre. Día de la mujer que más admiro. Día de la mujer que más me quiere. Día de la mujer a la que más quiero. Día de celebrar de que aún la tengo conmigo...

Sé que acabaré agotada (aún me canso rápido), pero sé que merecerá la pena. 

¡Fiesta!